Cuida tu marca y mantén el efecto halo
Este efecto halo se suele producir en las primeras impresiones, de tal forma que si la primera impresión es positiva, toda la marca va ser vista con buenos ojos.
Este efecto halo se suele producir en las primeras impresiones, de tal forma que si la primera impresión es positiva, toda la marca va ser vista con buenos ojos.
El efecto halo es un sesgo cognitivo por el cual una única cualidad o característica condiciona la imagen que los consumidores tienen de toda la marca. Así, a partir de un rasgo, se crea un halo o aureola que impregna toda la compañía. Este efecto halo se suele producir además en las primeras impresiones, de tal forma que si la primera impresión es positiva, toda la marca va ser vista con buenos ojos. La aplicación de este halo effect en marketing tiene un amplio potencial, ya que ayuda a las marcas a reforzar su imagen corporativa, a mantener una relación más cercana con los clientes y, a la larga, puede ayudar a optimizar las ventas a través de una adecuada estrategia de pricing. Te explicamos en detalle cómo aplicarlo a tu marca.
A la hora de aplicar el efecto halo al marketing debes tener en cuenta que la clave es elegir un producto estrella o una cualidad en la que destaques por encima de tus competidores. Por ejemplo, puede ser un producto excepcional, como hizo Apple con el Ipod en la década de los 2000, o un rasgos distintivo, como la calidad única de las materias primas. Una vez seleccionado, todas tus acciones de promoción, marketing y comunicación deben estar centradas en esta cualidad o producto, de tal forma que sus aspectos positivos se extiendan a toda la marca y esta sea vista como de más calidad, más avanzada tecnológicamente, etc… No pienses en promocionar tu producto más caro, sino el más popular.
Junto con la implementación de esta estrategia de marketing, en el día a día puedes:
Todos estos esfuerzos por generar una buena primera impresión en los clientes se verán frustrados si la marca no mantiene una imagen coherente en sus diferentes canales de venta. En este sentido, es fundamental que los diferentes distribuidores, como pueden ser marketplaces o retailers, sigan tus indicaciones a la hora de vender tus productos. Se incluye aquí desde la estética correcta, hasta los call to action validados por la compañía y los precios recomendados de venta. En este último caso además, si el vendedor no aplica los precios recomendados, se puede generar la impresión de que la marca es demasiado cara o demasiado barata. Una percepción que no quedará circunscrita a esa tienda online, sino que afectará a toda la marca.
Para evitarlo, existen herramientas de cumplimiento de contenido que rastrean miles de e-commerce y marketplaces y revisan las diferentes fichas de producto para comprobar si los atributos, foto, nombre, descripción y precio, entre otros, cumplen con las indicaciones establecidas por la marca. A su vez, esta tecnología permite localizar fácilmente posibles distribuidores no autorizados que estén vendiendo los productos de la marca sin los debidos acuerdos previos. Este mayor control de los diferentes canales de venta repercutirá tanto en la imagen de marca de la compañía como en las ventas y el engagement de los usuarios.
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